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Los padres tienden a adoptar el comportamiento sobreprotector por diversos motivos, como por ejemplo: el evitar fracasos o sufrimientos que puedan vivir sus hijos. Sin embargo, la protección excesiva es limitante e impedirá el normal desarrollo de tu hijo. Es importante que los niños aprendan a resolver problemas por sí mismos, porque esto favorecerá el desarrollo de sus capacidades. Enséñale que no siempre va a obtener lo que quiere, que las cosas a veces requieren de tiempo, esfuerzo o paciencia. Así podrás ayudarle a tolerar la frustración en situaciones futuras.
Comportamientos típicos de los padres sobreprotectores y las consecuencias de este estilo de crianza
1. Haces cosas que él mismo puede hacer o resuelves sus problemas
Es necesario que los hijos asuman la responsabilidad que conllevan las tareas adecuadas para su edad. Muchas veces resulta más sencillo hacer nosotros mismos las cosas. Pero, aunque te lleve más tiempo, es de capital importancia que te tomes tu tiempo para enseñarle a realizar tareas. De esta forma evitarás comportamientos demandantes. Por ejemplo, si le enseñas que eres tú quien hace sus deberes o prepara su mochila, te exigirá que lo hagas en el futuro.
2. Le recuerdas constantemente los peligros
Es inevitable sentir inquietud por la integridad de nuestros hijos. Cuando son pequeños, los vemos indefensos y nos preocupa que se lastimen en el parque, que crucen la calle sin mirar… Más adelante nos preocupará que puedan tomar bebidas adulteradas, que tengan un percance con el coche… Es natural que estemos pendientes de los riesgos que corren nuestros hijos, especialmente en situaciones peligrosas, pero hay que saber poner freno. Si el niño se acerca corriendo a una escalera que no conoce, es prudente advertirle. Pero si es la enésima vez que va a bajar esa escalera, ¡detente! Si vuelves a advertirle, estarás contribuyendo a que tu hijo sea ansioso y tenga dificultades para enfrentarse a situaciones novedosas en su vida.
3. Tratas de influir en la elección de sus amistades
A menudo sucede que los amigos de nuestros hijos no nos gustan. Sin embargo, lo aconsejable suele ser no intervenir, a no ser que frecuentar esa persona suponga un peligro real para la integridad física o emocional de tu hijo, o bien lleve asociada la adopción de comportamientos de riesgo.
Si no es así, ¡no intervengas! Lo más probable es que se genere un conflicto. Es más adecuado respetar las decisiones de tus hijos y no tratar de influir. Al fin y al cabo, hacer nuevos amigos forma parte del crecimiento.
4. No dejas que explore libremente
Impedir que tu hijo explore el mundo de forma independiente, implica evitar que aprenda por sí mismo. Es muy importante reforzar comportamientos autónomos. Limitar en exceso creará problemas graves en el futuro, como muchas dificultades de adaptación, miedos, inseguridades y una baja tolerancia a la frustración.
5. Ocultas, justificas o ignoras sus errores
Cuando ocultas los errores de tu hijo o hija estás contribuyendo a que no aprenda a asumir las consecuencias de sus actos. ¡Equivocándose también se aprende! Debemos enseñar a los niños que ciertos comportamientos o decisiones pueden tener consecuencias sobre ellos mismos y afectar a los demás para ayudarles a ser responsables.
6. Respondes de forma excesiva a sus demandas
Cada vez que tu hijo/a te realiza una petición o te plantea un problema, estás totalmente disponible para ayudarle y solucionar sus dificultades. Por ejemplo, cuando desea que le compres algo, que le lleves a algún lugar, quedarse hasta más tarde con los amigos, no ir al colegio porque está “enfermo”, faltar al entrenamiento sin causa justificada, etc.
¿Cómo será ese niño en el futuro si hoy le sobreprotegen?
La educación sobreprotectora por parte de los padres genera niños:
Temerosos y ansiosos
Dependientes: recurren a otras personas para solucionar sus problemas
Tienen dificultades para solucionar las cosas por sí mismos
Presentan problemas a la hora de tomar decisiones
Falta de confianza en sí mismos
Problemas de autoestima
Baja tolerancia a la frustración
Una pobre gestión emocional
Dificultades para tomar la iniciativa
Carecen de responsabilidad en sus acciones
Tienden a asumir riesgos en la adolescencia poco sanos, y dejarse llevar.
A menudo resulta difícil saber cuándo debemos intervenir en el camino de nuestros hijos y cuándo debemos dejar que actúen por sí mismos. Es normal velar por el bienestar de los hijos y también que los niños dependan de sus padres… ¡hasta cierto punto! Los padres sobreprotectores o excesivamente controladores influyen de forma muy negativa en el desarrollo emocional de sus hijos.
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ELIANA PONCE ALVAREZ Reconociéndote Coach y Psicopedagoga
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