Los vínculos de amor, atención y protección son una necesidad básica para el ser humano.
Cualquier interacción social cargada de amor entre dos personas, desencadena procesos
cognitivos y fisiológicos que repercuten en nuestros estados emocionales y mentales y a su vez
estos cambios influyen en las interacciones sociales futuras.
Aprender sobre nuestras emociones, cómo se sienten en nuestro cuerpo, cómo expresarlas sanamente y como empatizar con los sentimientos de otros se inicia y se aprende desde casa con las figuras de apego.
De aquí la importancia de fomentar lo que siempre llamamos el "apego seguro" con nuestros hijos, porque esto les permitirá tener una infancia sana y una adultez serena.
En función de cómo nos vinculemos con nuestros padres vamos a poder establecer mejores
relaciones en nuestra etapa adulta.
Los primeros años son para construir los cimientos de un cerebro sano física y
emocionalmente.
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ELIANA PONCE ALVAREZ Reconociéndote
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