Venimos preparados para conectar y sentirnos seguros a través del tacto. Durante el embarazo, nuestro bebé se ha sentido acunado, cálido y seguro. Al nacer, todas estas sensaciones se transforman. Lo reconocemos por contacto físico, tal como lo han hecho todos los mamíferos con sus crías. El vínculo que se establece en este primer contacto está influido por cambios hormonales y sensaciones compartidas, lo que crea la base para la formación de lazos fuertes y duraderos.
Desde que nacemos, nuestro sentido del tacto está completamente desarrollado, y a través de él, podemos conectar de una manera mágica con nuestro hijo, creando un apego seguro y una conexión emocional que permite maximizar su potencial cerebral.
El sistema somatosensorial inicia su desarrollo entre la semana 25 y 26 de gestación. Este sistema del cerebro se encarga de controlar los movimientos y de integrar las sensaciones que percibimos en las diferentes áreas de nuestro cuerpo.
"La conexión a través del tacto no solo beneficia a tu hijo en los primeros años de vida, sino que también establece una base sólida para su bienestar emocional y su capacidad de relacionarse con los demás a lo largo de toda su vida."
Es fundamental abrazar, acariciar, sostener en brazos, realizar juegos con contacto físico, dar masajes, y hacer cosquillas a tu hijo. No permitas que la conexión a través del tacto se limite solo a la primera infancia. Continúa nutriendo este vínculo en todas las etapas de desarrollo de tu hijo.
ELIANA PONCE ALVAREZ
Coach y Psicopedagoga
Especializada en Inteligencia Emocional y Familiar
eliana.ponce@reconociendote.com
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