La teoría del apego se originó a partir de los trabajos de John Bowlby y Mary Ainsworth en el campo de la psicología del desarrollo. Esta teoría describe cómo las experiencias tempranas de apego entre un niño y sus cuidadores influyen en la formación de patrones de apego que pueden persistir en la vida adulta. Los tres estilos de apego principales son el seguro, el ansioso/ambivalente y el evitativo. Además, se ha propuesto un cuarto estilo llamado desorganizado o desorientado.
Apego seguro: Las personas con un apego seguro tienden a sentirse cómodas con la intimidad y la independencia en sus relaciones. Han tenido experiencias positivas en la infancia con cuidadores que responden de manera sensible a sus necesidades emocionales. Esto les permite confiar en los demás y en sí mismos en las relaciones adultas. Son capaces de expresar sus emociones, resolver conflictos de manera constructiva y establecer relaciones saludables.
Idealmente, crecemos como personas con un apego seguro. Para eso estamos programados. Cuando las cosas van bien en la primera infancia (o al menos la mayor parte del tiempo), anhelamos la conexión y somos capaces de dar y recibir amor en nuestras relaciones adultas. Cuando surgen desajustes, los notamos, trabajamos para resolver conflictos e iniciamos o recibimos intentos de repararlos con empatía y compasión. Y aunque no siempre es fácil, generalmente no pasamos por la vida evitando conectarnos con otros seres humanos, y cuando conectamos con ellos, no estamos constantemente ansiosos por estas relaciones. Podemos relajarnos en el tiempo que pasamos con los demás y sentirnos a gusto solos.
Por supuesto, las cosas no siempre son ideales. Hay muchos factores detrás de los diferentes estilos de apego inseguro; va mucho más allá de lo que sucede entre padres e hijos.
Desafortunadamente, muchos de nuestros patrones inconscientes y poco saludables de la infancia pueden trasladarse a la forma en que pensamos, nos comportamos y reaccionamos ahora como adultos.
Si reconoces un estilo de apego inseguro en ti mismo, pareja, familiar, amigo, colega o cliente, es importante saber que todos somos capaces de cambiar. Puedes desarrollar un estilo de apego más seguro cuando seas adulto. Debido a que estamos biológicamente conectados para conectarnos, también estamos biológicamente conectados para sanar. Cuanto más comprendas sobre ti mismo y tus relaciones, más fácil será reconocer y resolver conductas emocionalmente desafiantes de apego inseguro que contribuyen a los problemas en las relaciones.
ELIANA PONCE ALVAREZ
Coach y Psicopedagoga
Especializada en Inteligencia Emocional y Familiar
eliana.ponce@reconociendote.com
Kommentare