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¿Cómo hacemos para enseñar a nuestros hijos, tanto cuando no ganan, se equivocan, o no aceptan sus fracasos? Enseñemos a que vean el ERROR como un camino para APRENDER para llegar a su propio éxito.
Nuestras expectativas, nuestras palabras y nuestras acciones van moldeando el cerebro de nuestro hijo. Lo primero que debemos trabajar con nuestros hijos es que lo opuesto a éxito no es el fracaso, lo contrario sería no seguir intentándolo y paralizarse, no hacer nada más.
Necesitamos equivocarnos, probar, repetir, ensayar muchas veces algo, para poder adquirirlo. Ahí reside el éxito, en la fortaleza de caerse y seguir intentándolo.
Vivimos en una sociedad de resultados inmediatos, de una imagen perfecta, de búsquedas en un clic, todo a través de las pantallas se ve perfecto, pero eso no es real. Por eso, hay que tener cuidado con los mensajes que les estamos transmitiendo a los niños, ellos se están formando y buscan referentes. ¿Quién quieres que sea un referente para tu hijo, qué valores quieres que aprenda?
REFLEXIONA: los logros que más gratificación nos han dado en la vida son los que más nos han costado y que más esfuerzo le hemos dedicado. No fueron a base de un clic…
Los niños tienen poca tolerancia a la frustración, algo natural por su desarrollo cerebral, este se irá formando a través de las experiencias y el tiempo. Permitámosle desarrollar el musculo de la “DECEPCIÓN” para que puedan sentirse capaces.
Es nuestra tarea guiarlos y acompañarlos para que experimenten la sensación de: “intentar- fallar y volver a intentarlo”. Es importante que pueda ver el error como una oportunidad de aprendizaje.
Por lo tanto:
Ayudémoslos a buscar soluciones posibles ante la dificultad.
Estimulemos a nuestros hijos para que sigan a pesar de un supuesto resultado adverso.
Esto será una gran enseñanza para su vida, las cosas no se logran a la primera. Enseñemos a nuestros hijos el esfuerzo y la resiliencia, que son grandes herramientas para la vida y ahí sí reside el éxito.
¿Cómo podemos inculcar esto a nuestros hijos?
ACEPTAR EL ERROR, que puedan sentirlo y experimentarlo como una oportunidad para que continúen y sigan intentándolo.
Tener la HUMILDAD de reconocer que algo nos cuesta, normalizar a TODOS NOS CUESTA.
Tener la VALENTÍA de enfrentarse y sobrellevar el miedo que genera el error.
Esta será su mejor “llave” que podemos ofrecerle para que abra puertas en su vida.
No hagas por tu hijo lo que él ya es capaz de hacer por sí mismo, anímalo a seguir, se el copiloto, acompáñalo, así estarás fomentando su autoconcepto y su autoestima.
Cuando les enseñamos a vivir el error como una oportunidad, tendrá una gran herramienta tanto para su vida como para su salud mental. Así reforzaran su autoestima, con cada paso o logro superado el cerebro guardará el mensaje de: “¡¡Yo puedo!!”.
Cuando nos observan como reaccionamos o salimos ante una dificultad o error, ellos también aprenden de nosotros, de cómo lo afrontamos.
Por lo tanto, normalicemos el error, humanicemos el camino hacia el éxito basado en la constancia, porque no existen caminos cortos para lograr cosas grandes.
ELIANA PONCE ALVAREZ
Reconociéndote
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