Cuando los niños experimentan una relación de confianza con sus padres, se sienten seguros para explorar el mundo y desarrollar su autonomía. Numerosos estudios respaldan esta teoría, mostrando que un apego seguro en la infancia se relaciona con una mayor autoestima, mejor ajuste social y emocional, y mejores habilidades para resolver problemas en la adultez.
Se ha demostrado que el cerebro de los niños se desarrolla de manera óptima cuando se les brinda un entorno seguro y estimulante. La confianza, el "dejar que ellos aprendan por si mismos", darles las herramientas y asumir que pueden equivocarse fortalece su bienestar emocional y la capacidad de evolución.
Es importante destacar que el fomento de la confianza y la autonomía no implica abandonar a los niños a su suerte. Los padres deben estar presentes y disponibles para brindar apoyo emocional y orientación cuando sea necesario. La clave está en encontrar un equilibrio entre el apoyo y la libertad para que los niños puedan explorar y crecer de manera segura.
ELIANA PONCE ALVAREZ
Coach y Psicopedagoga
Especializada en Inteligencia Emocional y Familiar
eliana.ponce@reconociendote.com
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